viernes, 13 de abril de 2007

ENTREVISTA A Rachel Millward, directora de BEV


“En el cine las mujeres nutren la creatividad de los hombres”


Entrevista de Verónica Díaz Cerda.



Consumimos más películas que nunca, pero hay un cine que aún no miramos. O que al menos, escasamente hemos alcanzado a observar. Dominado por hombres, como casi todas las industrias, el séptimo arte ha contribuido a reproducir historias y roles patriarcales desde el genial invento de los hermanos Lumière.

Sólo el siete por ciento de las mujeres que trabajan en la industria cinematográfica a nivel mundial son directoras. Una cifra alarmante si se considera que el cine, junto con la televisión, constituye el medio de difusión de ideas más influyente en una sociedad cada vez más globalizada y mediática. Perpetuando valores condicionados por el mercado, la pantalla ha silenciado voces y negado rostros femeninos.

“No es fácil para las mujeres cambiar este escenario de un día para otro”, dice Rachel Millward, co-fundadora y directora de Birds Eye View (BEV), una compañía británica que tiene como objetivo promover el trabajo de cineastas mujeres en un medio machista y que sería digna de imitar en Latinoamérica. Conscientes del poder del séptimo arte a la hora de fomentar valores y actitudes de vida, Millward –junto al equipo de mujeres que trabaja para BEV- produce anualmente el único festival de cine para mujeres que existe en Reino Unido, donde participan realizaciones de directoras de todo el mundo y convoca a talleres de estudio cinematográfico. Con sólo cinco años de existencia (Millward creó la compañía cuando tenía apenas 25 años), BEV se ha convertido en una reconocida plataforma de representación de cineastas que, de otra manera, no tendrían las herramientas suficientes para abrirse paso en una industria de códigos masculinos.


¿Cómo explicas la contradicción en la existencia de sólo siete por ciento de mujeres cineastas cuando más del cincuenta por ciento de la audiencia son precisamente mujeres?

Hay demasiadas industrias en las que las mujeres son una minoría alarmante. En cualquier empresa no verás muchas mujeres. No es sólo el cine…estamos apenas comenzando –supuestamente- un período de más igualdad. La división de género es todavía enorme en todas las sociedades. Así que para entender la falta de mujeres en el cine tenemos que ser realistas sobre el contexto en que nos encontramos. El cine históricamente, como la mayoría de las profesiones, ha sido hecho por hombres y toma tiempo cambiarlo. La mayoría de los equipos son hechos por hombres y a algunos no les gusta ser dirigidos por mujeres. La cantidad de tiempo y dinero que cuesta hacer una película…los directores tienen que convencer a un montón de gente que su visión es lo suficientemente fuerte. Los directores tienen que venderse bien y ser obsesivos. Las mujeres a veces no son incentivadas a hacerlo. Es muy difícil combinar la crianza de niños con hacer películas, tomando en cuenta el horario y la inestabilidad de este trabajo. Es más fácil para las mujeres trabajar en papeles de producción, donde están mejor representadas, porque existe más seguridad ahí y porque hay un rol “femenino” de organizar y nutrir la creatividad de alguien más, en vez de asegurar la tuya.


¿Crees que existe una percepción generalizada de que las mujeres cineastas no realizan películas comerciales y eso puede explicar su distanciamiento de la industria cinematográfica?

Bueno, Bridget Jones y Quiero ser como Beckham han sido probablemente las películas más comerciales de la última década en el Reino Unido y ambas fueron dirigidas por mujeres, pero existe la idea de que las mujeres nos estancamos con dramas o “chick flicks” (término peyorativo que significa algo así como películas para mujeres), porque somos buenas en cosas emocionales. Me pregunto si es verdad que las mujeres no pensamos comercialmente, ¿por qué no lo haríamos? ¿Estamos acaso avergonzadas de salir a buscar dinero y tener un gran sentido del negocio? Esa es realmente la forma de salir adelante en la industria del cine, con sentido para el negocio, combinado con una excelente creatividad y talento, por supuesto.

¿Cuáles son los principales problemas para las mujeres que actualmente están trabajando en la industria del cine?

Creo que es importante no ver a la industria cinematográfica como un lugar de prejuicios. Nadie está en contra de las mujeres cineastas. Sucede simplemente que en términos prácticos en bastante difícil para las mujeres romper con este escenario donde los hombres son mayoría. Si existieran más mujeres que trataran de romper con este contexto, se abrirían más espacios.

De acuerdo a las experiencias de mujeres cineastas que has recogido en el festival, ¿existe algún país donde las mujeres tengan una presencia importante en la industria cinematográfica o al menos algún país que sea menos sexista en esos términos?

Hmmm…Irán es un caso interesante. El gobierno financia a las mujeres directoras de cine, según lo que me ha contado Ensieh Shah Hosseini, realizadora de la película “Good Bye, Life” (Adiós Vida), ganadora en nuestro último festival. En todo caso, es una táctica del gobierno para hacer creer que promueven los derechos de las mujeres. Pero curiosamente las películas que las mujeres realizan allá son la mayoría de las veces sobre la falta de derechos. También hay que mencionar el caso de Nueva Zelanda, donde hay más mujeres venciendo barreras, tal vez debido a que tienen a Jane Campion (directora de la premiada película El Piano) como modelo. Creo que es importante para las mujeres cineastas tener un modelo a quien imitar.

Entonces ¿cómo puede ser corregida la falta de presencia de mujeres en el cine?

En pocas palabras, con un montón de incentivos y entrenamiento especializado.

En ese sentido, ¿qué efectos concretos ha tenido el festival que diriges en promocionar el trabajo de las mujeres cineastas y corregir su falta de representación en la industria del cine?

Estamos creando modelos de rol. Inspira a las mujeres ver a alguien como ellas haciendo algo que realmente quieren hacer. Eso es muy importante. Hattie Dalton hizo The Banker en el 2005 y ganó un BAFTA (el Oscar británico) con su película. Me contó más tarde que el gran empuje para avanzar y realizar la película fue estar en un evento de BEV. Le dio el incentivo que necesitaba. También estamos ofreciendo entrenamiento para mujeres cineastas emergentes. Este año el festival realizó diversos talleres de escritura de guiones, “pitching” (breve entrevista en que un guionista le cuenta a un productor su idea para una película), autopromoción., etc. También realizamos charlas en colegios para concienciar sobre la importancia de tener más mujeres en el cine.

¿Hasta qué punto tus estudios de género y desarrollo realizados en Ciudad del Cabo fueron decisivos a la hora de crear esta plataforma para mujeres cineastas?

Probablemente más de lo que puedo imaginarme. Estudié con doce mujeres, diez de las cuales provenían de diez países africanos diferentes. Mi perspectiva cambió completamente. Es muy distinto estudiar con personas originarias de países en vías de desarrollo en un país en vías de desarrollo, en vez de estudiar sobre la realidad de estos países en un contexto diferente. Definitivamente mi conciencia feminista despertó en Sudáfrica, me di cuenta que el género es un problema central, la mayoría de los pobres del mundo son mujeres y la solución para la pobreza en el mundo descansa precisamente en las mujeres. También me di cuenta que estaba mejor capacitada para trabajar levantando conciencias y desarrollando un puente de comunicación para las mujeres, en vez de estar trabajando en proyectos de desarrollo, como intenté originalmente. Recuerdo que una vez en Cabo Verde tuve que realizar un estudio de caso sobre Gran Bretaña y Estados Unidos en relación a políticas de género y me di cuenta que había tanto por hacer en mi país (…) Trabajando en BEV he aprendido muchísimo sobre la labor de las mujeres cineastas. Me siento afortunada de conocer tal magnitud de talento.

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