sábado, 17 de marzo de 2007

ENTREVISTA A ZADIE SMITH



La nueva musa de la literatura británica


Tiene 31 años y ya es considerada una de las mejores escritoras de la nueva narrativa británica. Hija de madre jamaiquina y padre inglés, asegura que el feminismo es ‘el único ismo’ al que adhiere. Su última novela, Sobre la Belleza, ganadora del prestigioso premio Orange y posicionada en la lista de los libros más vendidos a nivel mundial, trata precisamente sobre las mujeres y las ventajas de ser mujer.

Publicamos aquí un extracto de la entrevista sostenida con la periodista Jacinta Cremades, de www.elcultural.es. (FOTOGRAFIA de John O'leary).

– ¿Cuanto tiempo le llevó la escritura de Sobre la belleza?
–Resulta muy divertido lo que tardo en escribir una novela... Al principio del libro me quedo bloqueada en las primeras 80 páginas una media de dos años. El resto, lo escribo a toda velocidad en unos cuatro meses. Lo más difícil es el principio, me puedo pasar dos años escribiendo una y otra vez las primeras 50 páginas, pero luego el proceso fluye y sé perfectamente lo que viene después. En total tardo tres años. Siempre son tres años.

-Da la impresión de que sus relatos son casi autobiográficos...
–...Pues la verdad es que no. Mi familia no puede ser más diferente a la de la novela. Una familia de clase media no puede diferenciarse más de la mía, de clase obrera, ineducada. Mi propósito en la novela es más el del voyeur. ¿Cómo sería la vida siendo estas personas? Es así como escribo y no extrayendo de mi experiencia personal. Siempre me ha interesado imaginar cómo viven los demás. Sobre todo las familias. Cómo ser un profesor, por ejemplo, es algo que desconozco absolutamente.


–En sus dos primeras novelas, Dientes blancos y El cazador de autógrafos, las mujeres apenas existen y si lo hacen no resultan muy simpáticas. Pero Sobre la belleza es un libro sobre las mujeres y las ventajas de ser mujer. Mujeres que siempre están reclamando sus tradiciones. ¿Acaso buscan su propia identidad?
–La gente siempre me dice que mis novelas son sobre la búsqueda de identidad. Pero eso no es lo que me interesa. El que algunos personajes busquen su identidad sólo les causa tristeza, no felicidad. Sería mucho mejor si cada uno viviera su vida a su manera. Verá, la gran transformación del siglo XX ha sido la liberación de la mujer. A comienzos de siglo, estas mujeres estaban a merced de algo que no podían controlar. Es una revolución que se ha llevado a cabo estos últimos sesenta años. Y otra cosa muy importante, todos estos chicos que han sido educados por estas mujeres, de los años 60 y 70, también son diferentes. Si me preguntan si animaría a una mujer de 1910 a casarse, le contestaría que no. ¡Escápate!, le diría. Pero las cosas han cambiado. Y sí, esta transformación de la mujer aparece claramente reflejada en la novela.

–Los hombres en Sobre la belleza resultan patéticos y pretenciosos.
–Si, algunos lo son, supongo. Hay hombres en la vida real que admiro enormemente. Pero sí, en esta obra los hombres no son muy agradables.

–Mientras al menos dos de sus mujeres (Kiki y Carlene) son capaces de vivir de acuerdo a sus principios, otras mujeres (Claire, Vee) intentan destruirlas… ¿Por qué?
–No lo sé. Cuando escribo no pienso mucho en todo esto. Vee es alguien bastante desagradable, pero es muy joven aún. Está convencida de que su belleza es su gran poder. Un poder que necesita y probablemente tenga razón, por el momento. Pero no la tendrá cuando cumpla 30 ó 40 ó 60 años. Si me pregunta qué pienso de las mujeres muy jóvenes, la verdad es que me parecen bastante horribles. Creen que no necesitan ser nada más que guapas. Vee no es una gran persona, pero crecerá y entonces será mejor. Pero, en realidad, ¡yo qué sé! No soy muy buena contestando preguntas (risas).

–Si Dientes blancos se desarrollaba en un ambiente urbano, Sobre la belleza lo hace en un campus universitario americano. ¿Es resultado de su año lectivo en Harvard?
–Sí. La universidad siempre ha estado presente en mi vida. O porque intentaba entrar en ella, o porque intentaba salir de ella (risas). Mi única experiencia fuera de la escritura es la universidad. La universidad cambió el curso de mi vida. Y siempre supe que un día iba a escribir una novela sobre un campus universitario. La verdad es que estoy contenta de haber realizado mi deseo a una edad temprana. Y ya no voy a escribir más sobre ello, aunque fue muy entretenido y las novelas sobre la vida universitaria brindan una gran oportunidad para la comedia.

–Quizá por eso en el libro ridiculiza la obsesión de las universidades por la teoría. De Zoor, su profesora de poesía dice que no escribiría un verso inspirado ni aunque Emily Dickinson se levantara de la tumba…
–Me encanta la teoría, pero la buena. ¡No estoy, para nada, en contra de la teoría, sino de la mala teoría! De hecho, me deprimen los argumentos antiteóricos, me parecen pueriles, pero hay una gran diferencia entre leer a Derrida y leer a Howard en Sobre la belleza. Howard no es un buen teórico, es un teórico de segunda mano. Crecí con la teoría y cuando estudiaba en la universidad formó muchas de mis ideas y aparece reflejado en mi propio trabajo como escritora. Por eso nunca he pretendido mantener una postura antiteórica. Solo quería sugerir que, a veces, las cosas que más nos gustan llegan a decaer, a gastarse al ser repetidas hasta la saciedad. Mucha de la teoría que me enseñaron durante mis años como estudiante no me sirvió para nada. Era una especie de metalenguaje que los profesores utilizaban para mantener su puesto, dar clase o escribir folios. Leer a Barthes o algún trabajo de Derrida, sobre todo de lo último que hizo, Julia Kristeva, esos son -para mí- los grandes escritores. Lo que considero material revolucionario. Pero detrás de ellos surgen unos cincuenta imitadores que ni siquiera imitan bien.

–Otro de los ejes de la novela es la belleza... En un mundo obsesionado por la perfección física, usted reivindica a las mujeres de Rembrant, especialmente la de la mujer a la orilla del río, sin adornos, marcada por los hijos, la edad, y la experiencia… ¿qué es para usted la belleza?
–Mi marido siempre dice que no puede andar por la calle y cruzarse con alguien que no tenga algo que le resulte de una gran belleza. Yo pienso lo mismo. Existen muchas maneras de ser bello. Me encanta la belleza física. El personaje de Carl Thomas, por ejemplo. Me considero muy fetichista en cuanto a la belleza física del hombre o la mujer. Pero, sin embargo, me produce horror lo que ofrecen las revistas y los medios de comunicación como concepto de la belleza. Pueden quedarse con sus rubias de bote plastificadas. No me importa. Significa que la verdadera belleza nos pertenece. De hecho, a medida que envejezco, me considero más bella y estoy más contenta conmigo misma. Se es más natural.

–En sus tres novelas, parece disfrutar mezclando razas, colores y religiones a través de matrimonios y amistades como si fuera usted un verdadero científico. Llega incluso a escribir en Dientes blancos “sobre la gran experiencia transoceánica”.
–No es que me guste mezclar razas, sólo intento expresar el mundo tal y cómo lo veo. No sé lo que ocurre en España pero aquí cada vez que coges el autobús o el metro, cada vez que andas por la calle, todo es mezcla. Sólo procuro representar el mundo tal y como se me aparece. No creo estar haciendo nada original. Así es el mundo en la mayoría de los lugares. Para mí es muy extraño leer libros y constatar que todos los personajes son blancos. Por la simple razón de que no conozco muchos sitios así. No sé dónde vive esta gente. En cuanto uno sube a un avión, se da cuenta de que el mundo no tiene nada que ver con este tipo de novelas. No estoy haciendo ningún esfuerzo sino representar el mundo tal y como yo lo veo. Y, honestamente, mi representación es bastante más simple que la realidad. En cuanto uno pregunta a alguien de dónde es, resulta que ninguno de sus abuelos es del mismo país, que la sangre está mezclada desde hace tres siglos. Así es Europa.

– ¿Cree en la integración?
– ¡No es algo en lo que se debe creer o no creer! Es un hecho de la vida. Es como si me preguntara si creo en el oxígeno. O si creo en brazos, en piernas. No es un concepto en el que creer, es una realidad.

–En la crítica de “New Yorker” se habla de las “tensiones intrarraciales” de su obra. Usted muestra con una extrema precisión las múltiples diferencias que existen entre la gente de color. ¿Piensa que un occidental es consciente de ellas?
–Sólo pretendo mostrar las diferencias que existen entre un individuo y otro. Cuando uno lee una novela nadie piensa “oh, mira, que diferente es este blanco de este otro blanco”. Hay algo en mí que reivindica que la gente negra existe de la misma manera que usted existe o que yo existo. ¡Son personas! Lo que intento hacer al escribir es introducir en la novela hombres de otras razas como seres humanos. No como símbolos. No como argumentos. No como parte de un artículo sobre la raza negra. Sólo como personas. Sólo seres humanos que están en el mundo. ¡Pero por lo visto, es bastante difícil! El problema con la gente blanca es que lo único que constata al ver a otra persona es que no es blanco. Si escribo una frase que dice “James entró en una tienda, etc.” uno enseguida piensa que es blanco. Porque blanco para un blanco es humanidad. Neutro. No sugiere nada. No significa nada. Sólo es James. Puedo escribir todo sobre la personalidad de James. Puede ser valiente, simpático, lo que sea. Pero si escribo “Deepa entró en una tienda”, entonces el lector sabe que es indio y cree saber cómo es. Si escribo que toca el chelo será una sorpresa. Y eso es lo que agota a escritores que no son blancos. No queremos ver el mundo siempre de la forma que ustedes nos ven. Mis personajes tienen sus dramas y sus problemas como cualquier ser humano. No los tienen por ser negros, sino por estar vivos. Sólo trato de escribir sobre personas. No desde la perspectiva de la gente que piensa que “nosotros” somos diferentes. Porque nosotros no somos diferentes. Ni siquiera quiero pensar en “nosotros”.

– ¿Le preocupa que los críticos o profesores intelectualicen sus obras, que desmonten sus novelas para explicar lo que no tiene explicación?
–La verdad es que no he notado mucha intelectualización sobre mi trabajo. Me divierte leer críticas ridículas que ni siquiera comprendo. Eso es justamente lo que yo solía hacer con los libros de otros. Pienso que estimula. Pero la verdad, lo que más me interesa son los lectores como individuos que tienen una experiencia con la novela. De ellos son las críticas que quiero escuchar. Acabo de hacer una gira por universidades en Estados Unidos y los estudiantes me explican a veces cosas sobre el libro que acaban convirtiéndose en revelaciones para mí.

–En su libro dice que el tiempo es cómo inviertes tu amor… ¿es esa la verdadera revolución pendiente?
–Es una frase de mi marido, de uno de sus poemas. A todo el mundo le gusta pero desgraciadamente, yo no soy la autora. Cuando era niña, mi familia me inculcó la idea de que el ser amable y dedicar tiempo a las demás personas era mucho más importante que el tener talento, ser divertido, interesante y todas esas cosas. A medida que me hago mayor cada vez me parece más obvio que, más importante que el talento es el cómo tratas a los demás y el tiempo que pasas con ellos.


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lunes, 5 de marzo de 2007

ENTREVISTA A DEEPA MEHTA

...UNA DIRECTORA DE CINE CONTRA EL FUNDAMENTALISMO RELIGIOSO

Entrevista de Judith Muñoz Saavedra

Depha nació hace 57 años en Amritsar al norte de la india, es licenciada en filosofía, directora y guionista de cine, actualmente vive en Canadá. En la reciente edición de los Oscar su última película “Agua” estuvo nominada como mejor película de habla no inglesa. Su particular mirada de la realidad social se encuentra entre las más comprometidas del nuevo cine indio, lo que le ha costado el rechazo y el boicot de grupos religiosos fundamentalistas hindúes que no le perdonan la osadía de mostrar el amor entre mujeres (Fuego) o de denunciar como, en nombre de las tradiciones, se somete y encierra a las viudas (Agua).

Su película “agua”, ambientada en la India en 1938, nos relata la historia de una niña viuda de 8 años. A través de sus vivencias nos cuenta cómo por el dictado de la religión se recluye a las viudas hindúes en “ashram” (lóbregos gineceos) donde habrán de mendigar e incluso prostituirse para sobrevivir. En la actualidad hay 34 millones de viudas en la india, de las cuales 11 millones permanecen viviendo en ashrams, en medio de una miseria absoluta. Este hermoso film, que producto de boicot tardó más de 4 años en ser concluido, pone en evidencia las rígidas tradiciones que convierten a las mujeres en prisioneras en vida sólo por el hecho de no tener marido. En él la cineasta realiza un valiente alegato contra el sistema patriarcal y el fundamentalismo religioso hindú.

Con Agua- la religión- Deepa Metha cierra su trilogía, que inició con Fuego (1996) – la sexualidad- y que continuó con Tierra (1998) –la guerra-, en esta película, nos vuelve a demostrar su compromiso como cineasta y mujer con la denuncia de las desigualdades de clase y de género. A propósito del estreno de “Agua” en España, tuve la oportunidad de charlar con esta interesante mujer una noche de la tardor barcelonina.

Según las creencias hindúes, cuando una mujer se casa, se convierte en la mitad del hombre. Por lo tanto, si él muere se considera que la mitad de la esposa ha muerto. Los libros sagrados dicen que una viuda tiene 3 opciones: casarse con el hermano más joven de su marido, arder con su marido o llevar una vida de total abnegación.

¿Qué te motiva a contar historias de mujeres en tus películas?
Ante todo me motiva el hecho de ser mujer. Pero no es sólo eso, mi motivación va más allá, me molesta mucho el tema de las diferencias de clase, me molesta mucho el tema de la desigualdad de género, me molesta mucho el hecho de que a igualdad de trabajo haya diferentes salarios, toda injusticia me revela y me moviliza.

¿Por qué escogiste la historia de una niña viuda, para escribir el guión de Agua?
Hace 10 años a orillas del Ganges, vi a una viuda anciana con el cabello rapado que iba de un lado a otro en cuatro patas buscando algo en el suelo en medio de una multitud de peregrinos –había perdido sus gafas-. Nadie le hacía caso, ni siquiera cuando se sentó y empezó a llorar. Esto me chocó, porque soy hindú pero vengo de una clase –no de una casta- donde las viudas lo tenían menos difícil. Mi abuela era viuda pero era la matriarca y quién gobernaba la casa. Por eso, cuando me tope con esta imagen de la viuda típica y tópica, cómo hindú, sentí mucha indignación y mucha ira porque considero que ningún ser humano tiene derecho de hacer que otro que otro ser humano sea tratado indignamente. En una sociedad patriarcal cómo la hindú, el eslabón más débil de la cadena es la mujer. Pero la ira me vino, más bien, porque que considero que ningún ser humano tiene derecho a ser tratado con indignidad

La situación de las mujeres viudas ¿es igual en todas las castas?
Es mucho peor en las castas altas. Pero creo que no se trata de un tema tanto de castas como de clases, las clases altas son muy estrictas. En todo el mundo las clases más altas y las más bajas son las más estrictas. A nadie le importa tanto las clases que están entremedio, la moralidad no es tan importante para las clases intermedias.

En la película, Chuya (la niña viuda) pregunta: ¿Dónde está el ashram de los hombres?. ¿Crees que la sociedad Hindú actual se está haciendo esta pregunta? ¿Se está cuestionando las desigualdades de género?
India es un país de mil millones de habitantes de los cuales sólo el 55% recibe educación, entonces el tema principal es la falta de educación. Si hablamos de esta clase en concreto, la pregunta es extraordinariamente pertinente, pero no tanto la pregunta en sí, sino la metáfora respecto a la desigualdad entre hombres y mujeres. Pero hay que decir una cosa que quizá es muy difícil entender desde fuera: India es probablemente el país donde el activismo de las mujeres es más fuerte.

¿Crees que tu película puede sensibilizar sobre el destino de las mujeres viudas en la India?
Recuerdo que cuando estrené Fuego me preguntaron: ¿tú crees que esto va a aportar algo respecto de la situación de las lesbianas?” y yo no dije que sí, porque decir que sí es un poco arrogante, dije - no lo se, pero espero que sea así- y algún granito aporté. En esta película, yo sigo diciendo no lo se… pero la esperanza es que sí.
También quiero contar que no se trata sólo de un tema de pobreza, porque la pobreza puede tener solución algún día, es un tema mucho más fuerte, es una concepción muy equivocada de la religión. No se trata sólo de que los padres manden a las hijas a casarse, sino que es una tradición que está muy arraigada en las mujeres. Son las propias mujeres las que siguen a estas costumbres porque creen que si no lo hicieran traicionarían los textos sagrados, renegarían de su religión, es una lectura muy ultra de la religión, donde las mismas mujeres como Shakuntala en la película piensan que haciendo esto serán mucho mejores personas. Hay que hacer un trabajo muy fuerte a nivel de base, hay que intentar convencerlas de que no se encierren, de que no se den como por perdidas de cara a la vida siguiente, no por eso van a ser peores mujeres ¿no?

¿Este fundamentalismo religioso se da por igual en hombres y mujeres?
Pienso que abarca tanto a las mujeres como a los hombres, pero en lo que se refiere a los fundamentalistas hindúes pienso que son más peligrosas las mujeres, es decir, dan más miedo, son mucho más dogmáticas, mucho más irónicas, juegan con la ironía para no mover nada.

¿Qué piensas del auge del fundamentalismo religioso?
Todos los fundamentalismos lo que hacen es movilizar a la gente en nombre de la religión. Esto es muy peligroso, está pasando en el catolicismo europeo, en el cristianismo de los EEUU. Creo que lo primero que hay que hacer es luchar contra esto. El fundamentalismo está intentando reescribir la historia en nombre de la religión y esto es algo que me produce mucho miedo, esto nos rompe mucho la perspectiva de de donde venimos y hacia donde vamos, es horrible y da mucho miedo.

Cuando comenzaste a rodar la película en India, se desataron violentas protestas de los fundamentalistas, destruyeren los decorados, quemaron imágenes tuyas, finalmente tuviste que ir a rodar Agua a Sri Lanka ¿Cómo viviste los obstáculos para el desarrollo de tu película?

Hay un dicho inglés que dice que lo que no te mata te hace más fuerte, esto lo digo ahora con retrospectiva, pero en el momento lo pasé muy mal. Primero reaccioné con mucha ira y me sentí muy mal, pero me di cuenta de que no eran mi gente, ningún extremista tiene nada que ver conmigo. A partir de ahí crecí, no me he sentido amargada pero si me sentí muy traicionada. Ahora lo veo como un acto de crecimiento, pero en el momento lo pasé fatal. Me di cuenta de que agua reflejaba lo que ocurría en la India, el ascenso del fundamentalismo hindú y de la intolerancia hacia cualquier cosa, por lo tanto éramos el blanco perfecto.

¿Qué crees que podemos hacer las mujeres en el resto del mundo, para colaborar con la situación de las viudas en la India?

Esta pregunta me la hacen mucho, en USA, en Canadá. Después de pensarlo, creo que lo primero que tenéis que hacer es mirar vuestra propia realidad, porque estoy segura que en Barcelona, como en Canadá, la situación de algunas mujeres es terrible. Creo que las mujeres de la india son las que tienen que erradicar este problema con el tiempo, algunas están muy activas en ello. Si queremos hacer un mundo mejor, tenemos que empezar desde aquí, cada uno tiene que actuar desde su propia realidad.

Para terminar… ¿hay alguna idea o reflexión con la te gustaría despedirte?
Déjame pensar… creo que la mirada femenina y la fuerza de las mujeres tienen mucho que ver con la compasión en un mundo lleno de intolerancia. Compasión en el sentido de no estar juzgando siempre y creo que esto no debiésemos perderlo nunca


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domingo, 4 de marzo de 2007

Entrevista a Zillah Einstein

“Bajo el doble pretexto de la garantía para la seguridad y la guerra contra el terrorismo, en Estado Unidos ha aumentado el racismo y la misoginia”.
“Bush utiliza el lenguaje y el pretexto de la defensa de los derechos de las mujeres para justificar una política que es absolutamente militarista y agresiva”


Zillah Eisenstein, es una destacada activista, profesora e investigadora feminista estadounidense, autora de uno de los texos clásicos del feminismo moderno: “Capitalist Patriarchy and the case for socialist feminism” (1979) (Patriarcado capitalista y feminismo socialista). Profesora de políticas en Ithaca College, Eisenstein ha desarrollado sus estudios articulando tres ejes conceptuales: clase, jerarquía sexual y raza. En los últimos años su producción intelectual se ha centrado en la elaboración de una respuesta feminista crítica transnacional frente al capitalismo globalizado desafiando claramente a la administración Bush y su justificación de la guerra en nombre de la libertad, la democracia y los derechos de las mujeres.
Su reciente producción teórica[1] la podemos encontrar en su último libro "Sexual Decoys: Gender, Race and War in Imperial Democracy” (Señuelos de género: género, raza y guerra en la democracia imperial), que se acaba de ser publicado en febrero en Londres.

¿Nos podrías describir brevemente el contexto actual de Estados Unidos bajo la administración Bush, utilizando tus categorías analíticas que relacionan capitalismo, patriarcado y racismo?
Generalmente suelo describir Estados Unidos bajo la administración Bush con una combinación de caracterizaciones: estamos hablando de una democracia neoliberal articulada con una democracia fascista que se caracteriza además por una ideología política patriarcal y racista.
El gobierno de Bush ha eliminado prácticamente todas las leyes que garantizaban la igualdad de las mujeres con respecto a los hombres y también ha eliminado las leyes de acción afirmativa para la población afro-descendiente. Bajo el doble pretexto de la garantía para la seguridad y la guerra contra el terrorismo, en Estado Unidos ha aumentado el racismo y la misoginia.
¿Por qué crees que el candidato demócrata Kerry perdió las últimas elecciones en USA?
Hay que recordar que Bush no ganó las elecciones sino que fue la corte suprema quien le concedió el triunfo, el número de votos fue muy ajustado y hubo dudas sobre la legitimidad de la superioridad de los votos republicanos. Independientemente de ello, Kerry perdió porque fue incapaz de presentar una alternativa democrática real, no se opuso a la invasión de Irak desde el principio sino que lo hizo muy tarde. Ello permitió a Bush y a su círculo presentar a Kerry como un hombre femenino cerca de las mujeres con lo cual, creo un contexto de reacción contra el propio feminismo.

¿Cuál es la situación actual del movimiento feminista bajo la administración Bush y la ofensiva neoconservadora que se vive en USA?
Seguramente la peor consecuencia de la victoria neoliberal conservadora es el hecho de que una parte del espacio feminista ha sido ocupado por mujeres que tienen una presencia destacada dentro del ámbito republicano como Condoleezza Rice o Karen Hughes. Ellas son figuras femeninas políticamente significadas no obstante ser claramente neoliberales y conservadoras. Ellas han ocupado y quitado un espacio político que había sido legitimado por la lucha feminista.

Tú has señalado que la administración Bush ha utilizado la retórica de los derechos de las mujeres para justificar las guerras de Afganistán e Irak…
Si…quizás la parte mas aborrecible y repudiadle en la retórica de Bush es que utiliza el lenguaje y el pretexto de la defensa de los derechos de las mujeres para justificar una política que es absolutamente militarista y agresiva. Quiero subrayar el hecho de que este lenguaje aparentemente liberal y favorable a los derechos de las mujeres se utiliza para justificar y camuflar una política que mata a las personas todos los días. Hay evidencia que en Afganistán la vida de las mujeres, hoy en día, es peor que antes de la intervención occidental donde un papel central fue jugado por el ejército de los Estados Unidos.

En este escenario ¿Cuál es el rol de la figura femenina de Cindy Sheehan? la madre norteamericana que pide a Bush que le explique la causa noble por la que según el presidente perdió la vida su hijo en Irak…
Ella es una persona que se moviliza, que ha cruzado el país, que ha tenido y tiene un papel político extraordinariamente importante en la medida que inspira demostraciones amplísimas en el movimiento pacifista en Estados Unidos. Movimiento que es bastante mayor y más amplio de lo que suponemos desde fuera.

En tus últimos artículos, en especial el de la cárcel de Abu Ghraib[2] y en tu nuevo libro utilizas el término “señuelos” (decoys) de género ¿nos podrías explicar a que te refieres con él?
Utilizo el término de “señuelo” de género para plantear que en el caso de la humillación sexual en la cárcel de Abu Ghraib aunque estemos viendo actuar una mujer que somete a un hombre, esto no tiene nada que ver con el feminismo ni con el hecho de que la protagonista sea una mujer. La administración Bush utiliza mujeres (females) para hacer la guerra y después a eso le llama democracia. Estas mujeres pueden estar a la cabeza del estamento militar como Condoleezza Rice o pueden ser miles de mujeres de color que están luchando en esta guerra en este momento.
Existe la creencia de que Estados Unidos trata a las mujeres como iguales y por tanto supuestamente se piensa que los Estados Unidos es un país feminista, pero esto no es cierto. Se dice que el feminismo es occidental y generalmente se equipara feminismo con los Estados Unidos, pero actualmente esto no es así.
Me refiero a nuestro estado, a nuestro orden político, a nuestra narrativa política, habemos feministas en USA pero no tenemos poder…. Aunque si reflexionamos un poco más quizás esto no sea del todo cierto, porque en mi país hay una nueva forma de feminismo que sería el feminismo neoliberal. Ellas son las que dicen que en USA hay democracia para las mujeres.

Tu has reflexionado sobre la confusión de género que provoca el hecho de que mujeres blancas “humillen” (no violen) a hombres musulmanes en Irak. Podrías explicarnos esta aparente contradicción en el hecho de que un género normalmente sometido a estas prácticas vejatorias, se quien las ejecute contra otros.

Lynndie England era una mujer (female) blanca que llevaba a un hombre musulmán atado con una correa al cuello en la cárcel de Abu Ghraib. Ella era una mujer de clase trabajadora que intentó encontrar un trabajo en Wall-Mart y no lo pudo conseguir. Con esto quiero decir, que England no formaba parte del ejército estadounidense por un tema de igualdad de género sino por una necesidad de encontrar trabajo. Esto no sirve de excusa para justificar lo que ella hizo que es repugnante y rechazable. Pero no tenía poder en esta situación, era una actriz, en una representación de poder. Ella fue a la cárcel y los verdaderos responsables de Abu Ghraib están libres. Yo no veo ninguna prueba de feminismo en esta situación.

Lo que nos relatas es el tema central de tu nuevo libro, como aun no está disponible en castellano… ¿podrías contarnos un poco más sobre la perspectiva que utilizas?
En mi último libro argumento que, en el actual escenario de militarismo y capitalismo globalizado, las mujeres (females) están siendo usadas de una manera diferente y especifica. También hago una pregunta dirigida a las feministas de todo el mundo, y es que nos preguntemos si la idea de género está cambiando debido al uso que está haciendo el imperialismo y el militarismo de la idea de female, es decir de la idea de género femenino.

En estos momentos al género femenino se le está dotando de nuevos contenidos y esto no está modificando la idea que teníamos del concepto. Lo que entendíamos por ser una mujer, de hecho podría esta cambiando. Actualmente el mayor número de niños soldados que hay en el mundo son niñas. Tenemos mujeres suicidas que se ponen bombas…tenemos cada vez más mujeres en el ejercito… tenemos una militarización cada vez mas grande de la vida de las mujeres. Con todos estos cambios: ¿podemos decir que la definición de “género femenino” sigue siendo la misma? Las mujeres se están pareciendo cada vez más a los hombres, mientras que los hombres no se están pareciendo más a las mujeres. Yo no creo que esto sea exactamente así de verdad…. pero a veces me parece que si lo es.

Para escribir mi último libro observé diferentes situaciones de guerra en todo el planeta, y me planteo que si no decimos de entrada que significa el género, nos encontramos con que el género comienza significar cosas diferentes. Mi argumento político no es decir que el género es menos significativo, sino que ahora necesitamos más al feminismo, con lo cual no quiero decir que exista, o haya existido, un solo feminismo.


(1] Eisenstein también es autora de importantes obras tales como: Against Empire (2004), The Colour of Gender; Global Obscenities: Patriarchy, Capitalism and the Lure of Cyber fantasy; HATREDS: Racialized and Sexualized Conflicts in the 21st Century; The Female Body and the Law i Manmade Breast Cancers.

[2] A finales de abril de 2004 un canal estadounidense de noticias expuso las torturas, abusos y humillaciones a reclusos iraquíes por un grupo de soldados estadounidenses en la cárcel de Abu Ghraib. En una de las imágenes la soldada Lynndie England aparece sosteniendo una correa amarrada alrededor del cuello de un prisionero desnudo.

Por Judith Muñoz

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Beatriz Preciado entrevistada por Jodorowsky

Beatriz Preciado (Burgos, 1970) con su opera prima "Manifiesto Contrasexual" (Madrid, 2002) se ha convertido en una referencia indispensable en la teorización queer contemporánea.

El psicomago y tarotista chileno Alejandro Jodorowsky entrevistó a la filósofa y profesora de la Universidad París VIII para su programa Carta Blanca de la 2 de TVE.... ¿la identidad sexual como construcción social? ¿nuevos usos de la testosterona?... muy interesante ...

* Inés (gracias a Li !!)

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